LA INDECENCIA DE LA FALSEDAD Y LA TRAICION

No había problemas, nos llevábamos como auténticos hermanos, sin embargo todo era mentira. Los abrazos, las felicitaciones tanto al Pregonero como a la Hermana Mayor electa se desmoronaron como torres de naipes.
Las palabras del ilegítimo Presidente del Consejo Local, arropado por su Tesorero y su Secretario, ante la vergonzosa ausencia del Párroco en el Pregón no pudieron ser más claras: "Lo que paso fuera no tiene nada que ver con el Cabildo, nosotros somos testigos, ya se le pasará el cabreo, a ver si viene pronto el nombramiento". Palabras que se las llevó el viento, pues ninguno de tales sujetos fué capaz de dar la cara ante Caravaca, todos sufrieron amnesia, todos se doblegaron a los interes de Paco, a todos y cada uno de los Hernanos/as Mayores y de los ilegítimos  miembros del Consejo se les olvidó "lo bien que nos llevábamos". Los abrazos, las sonrisas, las palabras de ánimo se los tragó la tierra. Pero ellos son los que valen, no importa que no hagan vida de Hermandad, que no tengan formación, que ni siquiera alcancen el cuorum en sus cabildos: En Cádiz no hacen ruido que es lo que interesa.
Recuerda bastante su actitud a la de Judas. Siempre al lado de Jesucristo y llegado el momento: lo traicionó. Pero ojo antes o después lo que hacemos tiene sus consecuencias. Concretamente Judas terminó suicidándose.

En la fotografía podemos ver a la élite de las Hermandades, los hermanos/as mayores junto con el ilegítimo Presidente del Consejo al día siguiente de las elecciones tras el Pregón de la Semana Santa. Después todos dieron la espalda tanto al Pregonero como a la Hermana Mayor

Que bien nos llevábamos, que contentos estaban todos, pero..., Oh misterios de la vida, resulta que no era así: el titiritero mayor, el perrito faldero lo destapó: "el problema venía desde lo del lazito blanco"